Este diario me hace recuperar la vitalidad que tenía de joven.
Esa vitalidad que te hace sentir esplendido en cada momento, cada paso que das hacia la universidad de Gnomolandia, cada suspiro que das cuando rompes con una tía pesada y fea, cada coito, cada teta, cada orgasmo, cada vídeo porno, uy, perdón.
Como iba diciendo, yo era un Gnomo muy educado e iba a estudiar en la universidad donde estudió David, el Gnomo. Pero todo se frustró porque mi hermana pequeña, Wilfredina, murió de calor, somos Gnomos que vivimos en hielo, normaaaaaal.
Pero eso no fue todo, cuando encontré trabajo de repartidor de consoladores a domicilio mi tío Fredini, de Gnitalia, quedo inválido haciendo un deporte de riego para nosotros, Voleibol. Me tuve que encargar de el durante años, exactamente desde los treinta hasta los ochenta y cuatro cuando murió meando en el váter de Carmen de Mairena, se ahogó. En el entierro, celebrado en el baño de la señora Mairena, conocí a Hortalissa que se la estaba tirando y me contrató para un show nocturno, hoy en día, a mis noventa años sigo perdiendo los primeros años de juventud. Bueno tengo tiempo de hacer algo divertido, hasta los quinientos no entró en la madurez.
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